La producción en masa de tesis en la Universidad César Vallejo (UCV) no garantiza que los trabajos de investigación sean originales e inéditos, tal como exige el Reglamento del Registro Nacional de Trabajos de Investigación para optar grados académicos y títulos profesionales (Renati). Un análisis realizado por OjoPúblico reveló que, de 15.077 tesis de nueve programas de posgrado de Educación de esta institución, el 11,7% (más de 1.700 tesis) se armaron a partir de 16 temas que se repiten de forma sistemática.

En paralelo, el 42,7% (6.437) combinó un tema predeterminado y otro nuevo y el 45,6% (6.870) restante no usó ningún tema de la lista preestablecida, pero emplean, en menor cantidad, otros temas de investigación en los que también cambian únicamente el objeto de estudio. En dichos casos, hay entre dos y cuatro tesis con el mismo patrón, pero —por la baja repetición del molde— quedaron subrepresentadas.

Este medio accedió al repositorio de la UCV, que cuenta con más de 86.000 tesis de pregrado y posgrado. Para la presente investigación, se desagregó la base de datos, seleccionando solo los trabajos de investigación de posgrado que corresponden a programas de Educación. Se optó por los trabajos del más alto grado educativo, pues implican mayor exigencia investigativa y un aporte nuevo al conocimiento. Además, se seleccionó la carrera docente, ya que posee la mayor producción de trabajos de investigación de posgrado. Asimismo, las bonificaciones económicas en este rubro están asociadas a una mayor formación académica. De esta manera, se trabajó con una muestra de 15.077 tesis.

A partir de ese análisis, se halló que más de 1.700 profesionales obtuvieron sus grados de maestría y doctorado vinculados a Educación con trabajos en los que mantuvieron los mismos criterios de análisis de tesis anteriores y solo cambiaron, por ejemplo, las locaciones. Hay trabajos académicos en los que se utilizaron las mismas temáticas —como “acompañamiento pedagógico” y “desempeño docente”— y solo cambiaron el objeto de estudio —en ese caso, “Instituciones Educativas del Nivel Primaria distrito de Barranca, 2014” por “los colegios del distrito de Canta, Lima, 2020”—.

Estas matrices utilizadas como base y replicadas en varias investigaciones se contraponen a los estándares mínimos establecidos por el Ministerio de Educación. Aunque cada universidad determina las exigencias académicas para realizar los trabajos de investigación, la Ley Universitaria indica que las tesis de maestría deben “aspirar a un nivel mayor que el trabajo de investigación para optar el grado de bachiller” y las de doctorado deberían contar con “la máxima rigurosidad académica y [ser] de carácter original”.

Marcel Velázquez, profesor principal en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), explicó que las tesis deben contar con tres características principales: integridad académica, originalidad y relevancia. “La primera implica que la tesis se realiza con honestidad, es decir, no se cometen plagios ni fraude, la segunda consiste en que se requiere la construcción de un argumento, una hipótesis y un análisis propio del autor de la tesis, y la tercera tiene que ver con la necesidad de una contribución al campo disciplinario”, señaló.

Sin embargo, la repetición de temas en las investigaciones no asegura que haya un aporte de conocimiento nuevo y, por el contrario, genera una publicación de tesis en masa con cambios mínimos. “Las universidades de mayor calidad establecen una serie de procedimientos de validación académica y, así, se evita que se puedan producir tesis como pan caliente”, dijo Velázquez a OjoPúblico.

El historial de malas prácticas educativas de la UCV ha puesto a esta institución en el centro de los cuestionamientos sobre su capacidad de producir investigación de calidad. Los altos volúmenes de producción de tesis y la capacidad de sus asesores de supervisar más de 1.700 trabajos y 15 temas distintos entre 2010 y 2022 no necesariamente reflejan un mayor desempeño educativo que otros centros de educación superior.

Desde el 2016 —cuando se publicó el Reglamento de Renati que establece los lineamientos para publicar las tesis en el repositorio nacional—, la UCV ha sido la institución con mayor cantidad de tesis registradas en la plataforma, con 84.696 trabajos de investigación. Esta cifra es casi cinco veces mayor que las tesis registradas por dos de las principales instituciones de educación superior en el Perú en los últimos seis años: la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), con 18.594, y la UNMSM, con 17.491.

No obstante, a pesar de esa amplia diferencia, estas dos últimas casas de estudios ocupan el segundo y tercer puesto del ranking histórico de instituciones universitarias de la Sunedu, el cual evalúa la producción científica, el impacto científico, la excelencia internacional y el número de patentes vigentes de los centros de educación superior desde 1980 a 2020. Mientras que la UCV, que cuenta con más producción de tesis que las anteriores, se ubica en el puesto 42 de ese ranking.

La institución también enfrenta otros cuestionamientos respecto a su calidad educativa. Por ejemplo, la alta producción de tesis de la UCV no es congruente con la cantidad de publicaciones científicas que tiene: en 2021 registraron 17.455 tesis en Renati y solo publicaron 286 artículos en Scopus. Además, siete de sus docentes se encuentran en el top 10 de asesores con más tesis asesoradas. Todos ellos acompañaron la elaboración de más de 300 trabajos de investigación en los últimos 10 años. Cifra que resulta exorbitante, si se tiene en cuenta que asesorar una tesis de pregrado toma, en promedio, un año y una de posgrado, aproximadamente, dos años.

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